lunes, 16 de noviembre de 2009

Heathrow T5

Heathrow es el tercer aeropuerto del mundo en cantidad de pasajeros. Más de 60 millones de personas entran o salen al Reino Unido por Heathrow en un año. Los aeropuertos me parecen lugares extraños donde algunos parecen pertenecer y van muy decididos de aca para alla y otros van desorientados sin saber bien para donde ir o como usar el espacio y sus instalaciones.

Cuando era chico me encantaba que me llevaran al aeropuerto a ver los aviones. Siempre que íbamos era para despedir o recibir a alguien. En esa época las ventanas de las salas de espera del aeropuerto de Córdoba daban al playón y se podia ver a los aviones y a pasajeros subiendo y bajando las escaleras de embarque. El edificio viejo, que fue renovado para el Mundial 78, tenía vidrios simples y dejaban oir un ruido ensorcecedor cada vez que los aviones hacian la prueba de turbinas; se percibia el poder inmenso que los lanzaría al aire. Yo no volé en avión hasta que tuve veintipocos años cuando me fui de mochilero a Europa. Me volvieron estos recuerdos anoche cuando fui a la flamante Terminal 5 de Heathrow a llevarlos a mi mujer y a Felipe que volaban a Argentina. Me gusto acordarme de Pajas Blancas. Cuando volvia a mi casa solo en el auto por la autopista M4 me seguí acordando de cuando mirábamos los aviones despegar y aterrizar desde el estacinamiento detras de un cerco y tambien me acorde de las luces de colores de los telos en la Avenida Japón, camino al aeropuerto.

Heathrow T5 es un monstruo que juega en otra liga. 60 Millones de personas, vestidas con Saris, velos, túnicas, saco y corbata, rastafaris emboinados, valijas leopardadas, esquís, cintas transportadoras, pantallas de cristal líquico de todos los tamaños por todas partes. Una azafata negra hablaba alemán con su colega, el limpiador de pisos manejaba un utilitario eléctrico mientras hablaba por manos libres con su familia en Paquistán y un nene rubio corría ansioso hacia la escalera mecánica y después se subía a las balanzas para pesar equipaje (13.5kg) y desordenaba los diarios y revistas del la super tienda de convenincia. Finalmente llegó la hora y en contra de lo que había pleaneado lo levanté en brazos y le di uno de esos abrazos incómodos que no le gustan nada. Se lo pasé a la mamá y como buen viajero del tiempo movió la mano de un lado a otro después se la besó, me mostró la palmita y dijo "bai bai" Su destino final COR (Aeropuerto Internacional Ingeniero Taravela) en Pajas Blancas.

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